Más que un festival: una experiencia de vida!

A quién no le gusta escuchar música en vivo? Descubrir nueva música? Rockear con 87,000 personas? Y mejor que nada: hacerlo por 4 días seguidos?!!
El evento mágico se llama Rock Werchter y se lleva a cabo en Bélgica, en un pequeño pueblo llamado Leuven al este de Bruselas. Con una organización impecable, instalaciones para todo tipo de necesidades (el 1, el 2 y muchas otras), puestos de comida y bebidas, campamentos con duchas  y la puntualidad tan característica del estilo holandés, arrancó una vez más el jueves 30 de junio. Al parecer los dioses de la fiesta estuvieron atentos al clima y decidieron intervenir para dejar que los fiesteros sean felices y puedan disfrutar muy cómodamente en este país donde 6 meses del año llueve sin importar la estación ni mucho menos el evento.

Para no seguir dando muchos datos de la logística de la situación, nos metemos en la música, que era lo único que estaba pasando por nuestra mente. Antes de que lean esto y empiecen las críticas, sepan que no estaba en mis cabales 100% del tiempo, al igual que mi tropa de acompañantes de diversas nacionalidades (Grecia, Colombia, Islandia, EEUU y Bolivia).


Llegamos tarde a TV on the Radio ya que veíamos conveniente hacer un recorrido por los dos gigantes escenarios (una mega carpa y otro completamente abierto) y los bares que lo rodeaban. No fascinaron ni hicieron el furor esperado, pero la alegría de la gente solo por el hecho de estar ahí, ya se veía a flor de piel. A seguir saltó al escenario Aloe Blacc, que tristemente tocó su canción “I need a dollar” por lo menos dos veces. Sin embargo, la gente admira su voz, y sus pasos de baile hacen que las minas griten un poco. Nos quedamos en ese mismo escenario esperando a James Blake, y para mí fue ahí cuando empezó la magia. Está claro que con su estilo de música no pone a la gente a saltar, pero es tan profundo y único, que genera la admiración de todos los que están presenciando lo que hace con los teclados y sus cambios de voz. Realmente un acto que vale la pena apreciar en vivo.
Foto cortesia: Koen Keppens
Partimos al imponente escenario principal donde estaba terminando de tocar Queens of the Stone Age para dar paso a Linkin Park que literalmente la rompieron! Con temas de gran poder de sus dos primeros albums y la voz de Chester que hace saltar hasta al que no quiere, superaron mis expectativas; pero no dejo de pensar que las últimas canciones que compusieron para Los Transformers me suenan todas igual de mediocres e insulsas. 45 minutos después (ni uno mas ni uno menos), el escenario estaba listo para un viaje cósmico que empezaba con Another World. The Chemical Brothers nos transportaron hacia otro planeta con sus luces, imágenes, sonidos, energía, etc. 90 minutos parecieron 10 y la temperatura mas baja durante el festival, 8o C, parecía 30. La gente saltaba sin parar, los crowd-surfers estaban como en la playa semi-desnudos(as) y nosotros nos elevamos al nirvana. Como gran fan de los Chemicals, fueron el motivo principal para que yo me entere de este festival y reclute a mis secuaces, ya que la mayoría de la gente habla siempre de Glastonbury, Sziget, Lowlands y otros.  Era hora de dormir, pero ya pensábamos en el día siguiente.

Foto cortesia: Koen Keppens

El Viernes 1 fue un día de Rock puro. No haré mención de lo que se hacía a diario en los campamentos, pero digamos que era un lugar para recargar baterías y llenar tanques de combustible. Empezamos con Jimmy Eat World, que rockean bastante bien pero solo generaron furor con sus clásicos Sweetness y The Middle. A seguir nos esperaba The National, que la verdad estuvo bastante bueno a pesar de ser más tranquilo, con su característica voz baja y pausada, pero muy conectada con el público. No así The Arctic Monkeys, que al parecer fallaron en encender esa chispa para hacer reventar el escenario. De repente nos vimos rodeados de quinceañeros borrachos que saltaban y me tumbaban las chelas, tuvimos que retroceder un poco para que se maten entre ellos y se les acaben las pilas. Dicho y hecho, duraron tres canciones y poco a poco fueron perdiendo al público, que obviamente no se movió de lugar, pero se les escapó la energía.  No era problema, menos para las chicas, porque acto seguido teníamos a Kings of Leon. Llegaron, las mojaron (llovió un poquito) y se fueron. Para mí sorpresa, los tipos en vivo son mucho mejores que en radio, un gran acto la verdad. La voz del vocalista impresiona y el poder de las guitarras es notable. Obviamente cerraron con Use Somebody y Sex on Fire, momento en el cual los 60,000 presentes cantaban al unísono. Nuestros pies ya no daban y decidimos ir a ver qué pasaba en el otro escenario. Había una banda llamada The Subs,  que a esas horas de la noche igual nos hicieron saltar con un sonido electrónico bastante raro multi-instrumentalista. Fue media hora más de fiesta y luego a colapsar a la carpa.

Foto cortesia: Koen Keppens
El Sábado 2 fue el mejor día. Se veía un mar de gente saltando por todo lado, el sol resplandecía y daba energía a la gente preparándola para lo que estaba por venir. Empezamos con Bruno Mars, nada wow, pero vale la pena verlo a la distancia, no lo cambio por el fácil acceso a chelas y baño! Después tocaba Elbow, ahí decidimos entrar un poco más dentro del mar de gente, no por decisión mía, pero por voto democrático. La verdad estuvo bueno, mandó buenas vibras a todos e hizo sonreír a muchos. Hasta que llegó PJ Harvey y confundió a todos con su atuendo y música. A muchos les gustó, a mí, los primeros 20 minutos; pero igual seguíamos nadando dentro de este mar de gente porque se acercaba el gran acto del sábado. Después de dos horas y media de natación llegamos al lugar ideal para presenciar a Portishead que sí que nos hace pensar música. Cómo una señora de 46 años puede cantar con tanta pasión o dolor o no se qué? Simplemente hay que verlo en vivo para entenderlo. Las palabras escritas por un ingeniero serían un insulto si trato de explicarlo. Lo que sí, fue una pena que tocara al mismo tiempo que Magnetic Man y que la noche a estas alturas del verano llega solo a las 2200, lo cual genera un ambiente no muy apropiado para este estilo de música (eran las 8!). En fin, llegaba a su conclusión esta experiencia religiosa y tenía que elegir entre Underworld y Coldplay. Ya tuve el placer de ver ambos actos en años pasados, pero soy mucho mas fanático de Underworld, y mientras unos decidieron quedarse a escuchar Viva la Vida, otros más fiesteros decidimos irnos a gritar que Viva la Fiesta! Después de nadar contra la fuerte corriente de los fanáticos de Coldplay yendo a presenciarlos, llegamos a tiempo para estar a unos 20 metros del escenario donde al parecer los organizadores pasaron el mensaje al trío británico: “There are 30,000 people in the tent, mess them up, sort them out!” Faltaban unos 10 minutos para que empiece y la gente ya estaba enloqueciendo, salió un tipo para mover un micrófono y la gente que esperaba con tantas ansias comenzó a aplaudir y gritar como si fuera el propio Karl Hyde. En fin, cuando comenzó, se armó un estilo de mosh pit amigable donde todos saltaban y disfrutaban de la música. Ya cuando el clásico de siempre Born Slippy comenzó, ya éramos todos amigos y empezó el crowd surfing y chicas a los hombros de quien estuviera disponible: todo un reventón!
Foto cortesia: Koen Keppens

Fue difícil dormir esa noche, y un poco triste s todos sabiendo que quedaba solo un día de fiesta. El domingo 3 no dejó de ser un espectáculo. Empezamos saltando sin parar bañados en sol y cerveza con la energía de Two Door Cinema Club, que pusieron a todos de buen humor y listos para recibir un día más de buena música. A seguir estaba el grande de The Killers, Brandon Flowers, que según yo dejó su grandeza con su ex banda. De hecho la gente solo se emocionó cuando tocó Mr. Brightside. Nos quedamos un rato más para escuchar una media hora de Fleet Foxes y luego ir al escenario principal para ver que tan intenso podía ser Iron Maiden, y la verdad que para tener esa edad los tipos siguen rockeando que da calambre, sin mencionar que el escenario demoró una hora en ser montado, impresionante. Vimos la mitad del show y luego volvimos al otro escenario donde tendríamos mejor ubicación para los siguientes actos. Un poco de Robyn, que entre varios alcoholes no sonaba tan mal y luego al caer la noche, la sorpresa de la noche: Digitalism. No tenía idea que el electro podía hacer saltar a tanta gente! El dúo hizo saltar a toda la carpa y el piso de madera retumbaba y hacía que la gente rebote cada vez un poco más alto. Un gran final…
Foto cortesia: Koen Keppens
Pero esperen, todavía había más… nada mas y nada menos que mis temidos Black Eyed Peas, que ya habían empezado pero quedaba una media hora más de show. A estos genios de la música contemporánea con letras tan profundas, los vi de reojo cuando me disponía a salir corriendo por la puerta gigantesca con la misma sonrisa con la que había entrado 4 días antes. Sin embargo, algunos fanáticos amigos míos (por cierto ahora dudo de su amistad) me obligaron a quedarme solo para confirmar lo que ya sabía: detesto los Black Eyed Peas y la canción I gotta feeling me da náuseas ya que la repiten en demasía. No dejé que eso afecte el buen humor y pensé que era la situación perfecta para que por fin me dieran ganas de irme de esta fiesta increíble de 4 días, todo tiene su final! 

Foto cortesia: Koen Keppens

Sin duda alguna, un festival que merece los aplausos de todos, los likes de los facebookeros y la visita de todo fan de buena música. La reunión de belgas rockeros, holandeses techneros y latinos locos, hacen que ésta sea la fiesta perfecta para los que pensamos y amamos música; aseguro que quedará por siempre en mi memoria y seguramente en la de todos los presentes, mas borrosamente en unos que en otros…

Reseña: 
Gerardo Krutzfeldt
Melómano
Ingeniero boliviano radicado en Delft, Países Bajos



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