Foto: Carlos Eduardo Hernández
La historia, las canciones, la teatralidad y el personaje en escenario... Todo eso es Alice Cooper, el veterano músico norteamericano que se presentó en un concierto a todo dar en Buenos Aires.

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En edad de jubilación - 63 años - y más activo y vital que muchos con la mitad de sus años, el nativo de Detroit, brindó un espectáculo digno de admiración, con 90 minutos non-stop en un repaso de sus hits más grandes, algo de material reciente y la puesta en escena que lo caracteriza, aquella que le dio lugar al título de "padre del shock rock".

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Un gigante telón negro con la cara de Cooper dibujada cubría todo el escenario, cuando pasados 20 minutos de las 21 horas, se escuchó la grandisonante voz de Vincent Price, cayendo la cortina y dando paso al rockero trepado en una estructura de cuatro metros. Las notas de "The black widow" - ese recordado tema de Welcome to my Nightmare - estallaron en los parlantes y un imponente Alice Cooper miraba y desafiaba desde lo más alto. El concierto había comenzado con una nota muy alta y el nivel se mantendría de esa manera a lo largo de la noche.

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"Brutal planet", la canción que da nombre al disco que lo trajo de vuelta en 2000 - luego de su mayor pausa entre álbumes - fue el tema siguiente e inmediatamente llegó el clásico "I'm Eighteen", con Cooper viviendo y sintiendo esa canción cómo si verdaderamente tuviera 18 años. El tema de 1970, fue el primero de una seguidilla de cuatro de su etapa de la primera mitad de los 70s, con "Under my wheels" (1971), "Billion dollar babies" y "No more Mr. Nice guy", éstas dos últimas del disco Billion Dollar Babies de 1973. El deleite era total y mientras algunos se disputaban el bastón lanzado a las primeras filas, otros nos preparabamos para la llegada de "Hey stoopid" canción del disco del mismo nombre que tuvo a los cerca de cinco mil rockeros cantando y levantando el puño.


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Un nuevo viaje a los años setenta por cortesía de "Is it my body" "Halo of flies" éste último que con esa prolongada intro instrumental y sus dejos de rock progresivo, sirvió para poner en manifiesto el talento de sus músicos. El elevado line-up que acompaña a Cooper, está conformado por gente bastante menor que él - salvo el guitarrista Steve "The Deacon" Hunter, contemporáneo suyo e incluso partícipe de varias grabaciones setenteras - con dos excelentes guitarristas y cantantes como Damon Johnson (muy recomendable escuchar a su desaparecida banda, Brother Cane) y Tommy Henriksen (por momentos me recordaba a Billy Joe Armstrong de Green Day o a algún integrante de Avenged Sevenfold) y una sólida base cortesía de un experimentado Chuck Garric (bajista que tocó con Dio, Ted Nugent, Cheap Trick, Eric Singer y L.A. Guns) y Glen Sobel (baterista  de sesión y tour para Sixx Am, Cypress Hill, Tony Macalpine y Beautiful Creatures). Juntos, brindan un excelente respaldo al veterano rockero y disfrutan tanto del show como el público presente. Calidad y cantidad en escenario...

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Luego de haber permitido a sus músicos regodearse, el veterano músico volvió con un saco negro con las palabras "New Song" escritas en la parte de atrás y luego de unos instantes, quedó con una camisa blanca que leía en sangre "I'll bite your face off", canción que presumo formará parte de la secuela de Welcome To My Nightmare programada para 2012. Luego llegó "Muscle of love" revisitando territorio de la primera mitad de los 70s.   


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Con todo su "shock" rock, serpientes, trucos, referencias a la muerte y demás parafernalia, considero a Alice Cooper como uno de los mejores baladistas rockeros; su feeling es único y muchas de sus canciones suaves como "I never cry", "Wake me gently", "You and me", "How you gonna see me now", "Only my heart talkin'" o "It's me" están entre mis baladas preferidas de la historia (recomendables todos los números suaves, incluso los de discos actuales, como "Killed by love" y "Salvation" de Along Came A Spider) y una de las infaltables en sus conciertos es la sentida "Only women bleed" que en la velada en Buenos Aires, arrancó más de un grito, además de las luces de celulares en el aire. La balada, era un descanso en un show intenso y con baile incluido demostró lo saludable que está nuestro Alice (se dijo que un problema de salud lo llevó a suspender su show en Santiago de Chile).

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En seguida, fue el turno de otro tema de Nightmare, "Cold ethyl", aunque no hubiera caído nada mal la canción que da nombre al disco o la oscura "Steven". "Feed my frankestein" llegó de inmediato y el bien coreado tema, tuvo como corolario la aparición de un frankestein de más de tres metros que, hambriento, intentó comerse a los guitarristas. El show en ese momento era completo y justificaba hasta en el último centavo todo lo pagado por la entrada (una verdadera pena que pese al 2x1 de la última semana, no se haya llenado el recinto).       


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"Clones (We are all)" ese tema bowiesco, entre pop y new wave, fue una de las grandes sorpresas de la noche; no lo esperaba en vivo y al escucharlo con la fuerza de la banda, me sonó muy actual y considero que fácilmente podría ir al lado de las modernas melodías indie-dance en la radio de hoy. Qué adelantado Cooper, 30 años. Uno de los mejores momentos se daría luego con "Poison", esa exitosa canción de 1989 que nos hizo perder la voz tras cinco minutos apasionados. 16 canciones habían formado parte de la velada hasta ese momento; un show muy generoso, muy directo, muy concreto, con Alice limitándose a muy pocas palabras; no había tiempo para perder.


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Al mejor estilo militar e incluso con un cierto guiño al rock industrial fue turno de "Wicked young man" de Brutal Planet, presentando una marcha e incluso a efectivos de la S.W.A.T. gringa quienes al final del tema, toman al rockero y lo llevan a la guillotina, ese truco de teatro que es infaltable en sus presentaciones. Cooper, sería decapitado ante los gritos de algunas chicas que pedían clemencia y de fondo se mezclaban las notas de "Killer" con "I love the dead", todos amabamos al muerto en ese momento.

Foto: Carlos Eduardo Hernández

Unos cuantos minutos fueron necesarios para traer de vuelta a la vida a Cooper, entonando el himno escolar universal: "School's out", que con globos incluídos se convirtió en una verdadera fiesta de despedida, fundiéndose brevemente en la segunda parte de "Another brick in the wall" de Pink Floyd. Después de ese coreado y aplaudido número, el cantante simplemente dijo: "school's out, Buenos Aires".

Foto: Carlos Eduardo Hernández
Los "ole, ole, ole, Alice, Alice" no se hicieron esperar y la banda completa retornó - con Cooper vistiendo una polera albiceleste y enfundando una bandera argentina - para hacer "Elected". "Buenos Aires tiene problemas, pero no me importa" fue parte del discurso político y la encendida "Fire" - en un tributo a Jimi Hendrix con peluca incluida para el guitarrista Hunter - le puso el cierre a una verdadera noche histórica, esas que aportan más que los 10 o 12 años de colegio.

Faltaron temas? Por supuesto, pero es imposible revisar todo lo destacado de más de una veintena de álbumes. El show del 28 de mayo, quedará como uno de los mejores que tuve la chance de ver!

Gracias, Alice Cooper. Gracias maestro, fue mi mejor pesadilla...

Alice Cooper Setlist Estadio Cubierto Malvinas Argentinas, Buenos Aires, Argentina 2011, No More Mr. Nice Guy

Pato Peters

4 comments:

  1. Un show increible!!! El tema Clones me encanta, lastima que fuimos pocos coreandolo.

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  2. Excelente nota, y el fotografo, el mejorrr....

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  3. Es verdad, me llamo la atencion, era como que nadie lo conocia, obvio que me mate cantandolo! es un temazo Clones

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  4. Es verdad, me llamo la atencion, era como que nadie lo conocia, obvio que me mate cantandolo! es un temazo Clones

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