Entre medio de discursos y similares, acerca de por qué sí o por qué no debíamos ver The Wall en vivo - incluyendo algunas pavadas políticas de por medio - llegaba el esperado día que traería el primero de nueve recitales de Roger Waters, reviviendo el celebrado disco de 1979.

La ansiedad y el nerviosismo rondaban las calles cercanas al Estadio Monumental, algunas horas antes de las 9 pm, la hora anunciada del show. La "The Wall - manía" llegaba a su punto alto con el inicio de la aventura. Gente de todas las edades, incluso con muchos que no habían nacido cuando salió el disco, iba acomodándose de a poco y tomando sus asientos, sospechando quizá lo que le esperaba.



Una vez adentro y aún conteniendo los nervios y la emoción, se divisaba un enorme escenario absolutamente negro, como envuelto en una gran bolsa de plástico. Un contrastante espacio blanco, hacía las veces de un por entonces tímido muro que imponente crecería a lo largo de la noche (los casi 70 metros que separan una tribuna de la otra, serían usados por el muro).

Los minutos pasaban lentamente y la espera era mitigada con canciones de fondo como "Mother" e "Imagine" de John Lennon, "Masters of War" de Bob Dylan, "A Change is Gonna Come" de Sam Cooke y "People Get Ready" de los Impressions. El show estaba cerca de empezar, mientras la luna llena parecía hacerse su lugar frente al imponente stage. 

A las 21:15, una voz en español de España nos pedía tomar asiento y prepararnos para el inicio del show. "Roger autoriza el uso de cámaras, pero solicita apagar el flash", recomendó el locutor (o la voz grabada). Las luces del escenario se encendieron y las primeras notas de "In The Flesh?" se veían acompañadas de fuegos de colores, mientras de fondo se lucía un gran círculo con los martillos cruzados. Un imponente Waters, vestido con una negra gabardina, parecía disfrutar -  detrás de sus lentes oscuros - del espectáculo de un River abarrotado, expectante, curioso, vivo... El sonido de un avión de guerra explotaba en los parlantes y enorme fue la sorpresa al ver cómo una aeronave se desplazaba rumbo al escenario, para impactar contra una parte del muro. 

Era el inicio de todo, con un alto despliegue en escenario. La película -  o el recital o cómo quieras llamarlo - había comenzado y regodeándonos volvíamos a tomar asiento luego de la primera gran ovación de pie, con los asistentes envueltos en sorpresa, emoción e incluso algo de incredulidad... 





"The Thin Ice" traería las imágenes de caídos en distintas guerras, entre militares, activistas y civiles, mostrando una ficha con las edades y fecha/lugar de fallecimiento. El casi medley de "Another Brick in The Wall" partes 1 y 2, con "The Happiest Day of Our Lives" haciendo de puente, vendría con una gigante marioneta de más de 6 metros de altura haciendo las veces del profesor, mientras los niños de una escuela local interpretarían las voces - en lypsinc, claro - de ese coro infantil del tema. Sería la primera conexión con el público que al unísono seguía la letra de la más que conocida canción. Un reprise de la parte 2, completamente acústico - con letras inspiradas en el asesinato de un brasileño a cargo de la policía londinense -  serviría para cerrar ese momento. 





Luego de los aplausos, Waters aprovecharía para dirigirse al público y un español algo forzado, presentar "Mother", que vendría en una especie de dúo entre el músico en la actualidad y las voces - junto a imágenes en la pantalla - de aquel "miserable pequeño Roger" de 1980, como el mismo se presentaría. La carga política del tema se expresaría con las enormes pantallas de alta definición en las que se convertía "la pared". Las palabras "Big Brother is Watching You" (Gran hermano te está observando) a la derecha del escenario tenían las letras Br cambiadas por una M y cuándo Waters pregunta en el tema "Should I trust the government?" un "Ni cagando" (sí, así en español) saldría escrito, ante la risa y el aplauso de muchos. 



Nunca - y créeme que fui a muchos conciertos - había tenido un sonido tan claro, preciso y distribuido de esa manera. Absolutamente, todos los instrumentos, voces, efectos sonaban de excelente forma.



Aviones de guerra lanzando distintos símbolos como cruces, martillos, dólar, estrellas de david, shell y otros serían parte de la animación de "Goodbye Blue Sky", ante una aprobación completa de los 50 mil espectadores. "Empty Spaces", con muchas imágenes de la película de 1982 terminaría mezclándose en "What Shall We Do Now", uno de dos títulos no incluídos en el disco doble, para luego dar paso a "Young Lust" con imágenes de chicas (casi) desnudas, siguiendo la temática de la canción. 


"One Of My Turns", me humedecería un poco los ojos. La confesión del comienzo es tremenda y a lo largo del tema Waters demostraría que no está lejos de aquella voz con la que grabó el tema hace tres décadas. El muro, apenas dejaba ver a los músicos y ladrillo a ladrillo, la pared se iría construyendo, aquella que surgió como idea central del disco conceptual: esa muralla que divide al público del artista. 



Un solitario Waters aparecería delante del muro, cantando "Don't Leave Me Now", mientras lágrimas de colores cubrirían la pared casi completamente levantada. La marioneta gigante de una mujer, junto a un anuncio en francés darían paso a la tercera parte de "Another Brick in The Wall", con la instrumental "The Last Few Bricks" brindando algo de tiempo adicional para terminar de construir el muro. El ex Pink Floyd aparecería por última vez en ese set cantando la breve "Goodbye Cruel World". 

El disco uno de The Wall, había llegado al final y las pantallas mostraban la palabra intermedio. Una hora exacta había pasado y el descanso fue aprovechado para conversar y reflexionar sobre lo experimentado. Mucho por decir, por asimilar, por rescatar.



20 minutos más tarde, la voz española esa, nos invitaría a tomar asiento. El enorme muro blanco, que mostraba más fotos de muertos y desaparecidos, tendría detrás a la banda completa haciendo "Hey You" y como reza la canción, el muro era muy alto, cómo podíamos ver... Una pequeña grieta en la pared - que había estado sin movimiento alguno, con apenas una proyección durante ese tema - surgiría en "Is There Anybody Out There?" permitiendo divisar, ligeramente, a los guitarristas. A continuación, y recreando la escena del televisor en el filme de 1982, aparecería Waters en una pequeña habitación habilitada en la misma pared. En ella, con la luz de fondo de una lámpara, cantaría la conmovedora "Nobody Home", transmitiendo ese mensaje de soledad y aislamiento. Visualmente, fue uno de mis momentos favoritos de la noche. 



La desgarradora "Vera" volvería a ocupar el muro con imágenes (obviamente de la cantante Vera Lynn), mientras que una serie de mensajes escritos, reproduciendo un discurso del presidente Dwight Eisenhower,  acompañarían "Bring The Boys Back Home", con esas mismas palabras, terminando de imprimirse sobre la pared, antes de dar paso a "Confortably Numb". Ese tema, considerado uno de los himnos de la banda, tendría a Waters cantando abajo, mientras, que para la parte del coro, los guitarristas Robbie Wyckoff y Dave Kilminster harían sus partes vocales e instrumentales, desde la cima de la pared.



"The Show Must Go On", con coros vocales mostraría a cinco integrantes de la banda, apenas iluminados con un cañón de luz, y en "In The Flesh", cuando en el escenario flameaban las banderas fascistas, sería liberado el cerdo volador, aquel famoso animal de la epoca de la gira original, y que hoy, de color negro, se asemeja más a un jabalí y con distintas palabras y frases escritas (entre ellas un gobierno con "v"). Luego de preguntar cuántos paranoicos había en Buenos Aires, "Run Like Hell", pondría a todo el mundo de pie, en uno de los instantes más "rockeros" de la noche, coreando ese "run, run, run".  Las proyecciones hacían una parodía de la palabra iPod, con personajes históricos escuchando música con auriculares y términos como "iProtect", "iFollow", "iBelieve" y similares.  





Con megáfono en mano, y la marcha militar de martillos en las pantallas, sería el turno de "Wating For The Worms" y en "Stop" la luz enfoncaría al muñeco Pink, sentado en solitario sobre el muro, antes de lanzarse al vacío para seguir con secuencias animadas de la película. "The Trial", recurriría una vez más a las imágenes del filme dirigido por Alan Parker, con Waters haciendo las voces de los distintos personajes, para finalizar con ese "Tear down the wall", con el puño en alto e invitando al público a sumarse a los cánticos. La pared que se había construido a lo largo de la función, comenzaba a ser desmontada siguiendo esas órdenes. 





En "Outside The Wall", Waters presentaría uno a uno a sus acompañantes, once soldados, casi anónimos, que colaboran al ex Pink Floyd a lograr su cometido de la mejor manera. Los músicos, dotados ésta vez de diversos instrumentos acústicos, irían abandonado las ruinas, dejando al cantante quien luego de agradecer, se retiraría ante la ovación de pie de los miles de espectadores.      


El final, trajo consigo las caras de satisfacción y el palpitante asombro por todo lo observado, escuchado, sentido. Las luces encendidas del escenario darían, a más de uno, la esperanza de algún bis, pero no había nada más que pedir. El disco The Wall, más dos extras, había sido revisado de comienzo a fin... El muro había sido levantado para luego echarlo abajo. La historia, como la conocemos, había llegado a su final 

The Wall, la ópera rock, tuvo en mí el mismo efecto que una película de avanzada, con estímulos que por momentos eran difíciles de procesar al mismo tiempo. Musicalmente, el show representa - casi a la perfección - la obra de hace 31 años y algunos meses. Salvo la ausencia, obvia y obligada, de la voces y guitarras de Gilmour, y un par de temas en una nota mas baja para permitir a Waters cantar, se tiene en los oídos la mayor réplica posible del seminal disco, con efectos sonoros envolventes, dando el mayor realismo posible (no recuerdo que exista un solo efecto de sonido del disco que no haya estado presente en el show).

Luego de la mágica noche, entiendo y justifico que el público argentino no se equivocó al voltear tantas fechas con esa impresionante marca de nueve shows seguidos. Por donde se mire, The Wall es el punto más alto de un recital (y no solo de rock) y podría poner la firma de que difícilmente veremos algo parecido alguna vez!

No importa si eres fanático de Pink Floyd o no. Si tu disco favorito es The Wall o el Dark Side Of The Moon o Wish You Were Here. Si prefieres a Gilmour sobre Waters o si extrañas a Syd Barret. Si te sabías todas las letras o si solo repetiste ese "We don't need no education". No tendrás un mejor show auditivo y visual en ningún otro lugar.

Gracias, Waters. Gracias por haber creado éste muro y por habernos dejado derribarlo...

Pato Peters

Fotografías: Pato Peters usando una triste cámara digital de tres pesos (Pienso Música 2012)


PD: Gracias a Lu, por la compañía y la buena onda...


Roger Waters Setlist Estadio River Plate, Buenos Aires, Argentina 2012, The Wall Live

6 comments:

  1. ESTOS INGLESES DEBIAN HABER PEDIDO PERDÓN ANTES DEL RECITAL  NO ?

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  2. nunca falta algun idiota que mezcla las cosas

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  3. me olvide lo mas importante, excelente post!

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  4. Genial Show...te guste o no Pink Floyd, agregaria yo, tenes que ir a verlo...No se explica con palabras, jamas visto..el Estadio de River era un Solo teatro...fue alucinante...

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  5. muy bueno el espectaculo ,desastroza la calidad precio/  beneficio.$800 de una vip para una sillita de plastico de jardin salita de 3 años pegedisima una al lado de otra con precintos,en donde el show te lo tenes que imaginar arriba de tu vecino.personas de gran talla abstenerse,menores de 1,58m de altura  y chicos tambien.me cambiaron la ubicacion  ,platea baja san martin.. sectores g   porque en el trayecto se encontraba sendas columnas de imagen y sonido, por la vip sector o  que tiene las caracteristicas que te cuento,no justificaria el pagar un,a entrada de $800 si de la popular del fondo de la cancha se ve mejor,mas comodo y el sonido es espectacular en todos lados.
    nota no se porque la seguridad jode tanto con las camaras si despues pasan el mensaje de waters autorizandolas..conclusion mas de uno nos quedamos calientes y no por la temperatura de la noche.

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  6. José Alfredo Tangorra12 de marzo de 2012, 23:54

    Nunca falta algun imbecil que dice "ESTOS INGLESES..." ¿porque no vas a ver a Arjona y te dejás de joder? o te agarra el nacionalismo repentino. Seguro vos fuiste a Plaza de Mayo cuando te llamó Galtieri, perejil. 

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