Llevaba varios años esperando ver a esa banda que dejó una marca en mi niñez y adolescencia y que incluso hasta aquel Psycho Circus de 1999, seguía con un cierto interés. Mis expectativas eran grandes al igual que mi ansiedad por ver a "The hottest band in the world".
El comienzo no podía haber sido mejor. Las pantallas mostraban una geolocalización que acababa en el Monumental y a continuación los cuatro disfrazados personajes se dejaban ver saliendo de camarines rumbo al escenario. Esa pregunta clásica de "You wanted the best, you got the best" sonaba en los parlantes acompañando el descenso desde los aires Kiss, dando paso de inmediato a la icónica "Detroit Rock City". El cuarteto de hard rock estaba al frente con esa canción de 1976. Casi sin respirar, se vino otro viejo tema, "Shout it out loud" en lo que parecía el inicio de una gran fiesta rockandrollera con las canciones que disfrutamos (y conocemos) todos...
Foto Cortesía: Emiliano Rodriguez (rollingstone.com.ar) |
Pero ese comienzo, fue sólo una ilusión, algo así como una película que comienza bien y que luego pierde - o aleja - el interés del espectador. "Hell or Hallelujah", la carta de presentación de Monster, fue el número siguiente y si bien era de esperarse escuchar algo del vigésimo disco del cuarteto, alguien debería decirle a los veteranos músicos que - a estas alturas - el público va a verlos por sus viejos éxitos, no por su nuevo material, por más bueno que sea (lo cual no es el caso). Estamos en Latinoamérica, continente que visitan cada dos o tres años, no es Nueva York o cualquier otra ciudad de Estados Unidos dónde dan una importante cantidad de shows por año y puede ser refrescante escuchar temas nuevos.
Otro tema del nuevo disco llegó en seguida, "Wall of Sound" y "Hotter Than Hell" intentó retomar el camino de los primeros hits. La canción del disco del mismo nombre de 1974 me hizo notar los problemas que tiene Paul Stanley para alcanzar las notas altas. Con el baterista Eric Singer en las voces - ¿tal vez el mejor cantante de la banda, actualmente? - fue el turno de "All for the Love of Rock & Roll", otra canción de Monster y "I Love It Loud" vendría en representación de Creatures of the Night, el disco recordado por ser el primero sin el extrañado Ace Frehley. Precisamente, como intentando posicionar a su último reemplazo, llegó "Outta This World", canción con las voces del guitarrista Tommy Thayer quien luego haría un breve solo.
El reloj se acercaba a los 45 minutos de show y el mismo - a mi juicio - no había rayado a la altura de lo esperado. Ocho canciones y la mitad de ellas de un disco nuevo que lejos está del nivel de los trabajos setenteros u ochenteros, e incluso de ese Psycho Circus que los trajo de retorno tras 7 años de ausencia (Carnival Of Souls que llegó entre medio de la reunión de los originales, pasó casi inadvertido en 1997).
"War Machine", segundo tema de Creatures y "Long Way Down", quinta canción del disco de 2012 no harían otra cosa que poner de manifiesto que el setlist estaba armado sin criterio, echando por tierra completamente ese inicio alto con algunos favoritos de los fans.
Foto cortesía: KlonArte |
Gene Simmons, sería el centro de atención con su show escupiendo fuego y tras un solo de bajo, con sangre incluído, se elevaría hasta la altura de las luces para revivir "God of Thunder", otro número de ese Destroyer que tanto queremos. El músico que personifica al demonio, no haría más que cumplir su rol de líder silencioso, dejando que Stanley haga el rol de portavoz, entre un español regularete y sus malas imitaciones de canciones mexicanas (¿habrá confundido el país o le habrán dicho que todos escuchamos mariachi en Sudamérica?).
Ya en la segunda parte del show y habiendo superado los 60 minutos, la cosa mejoró. Primero fue "Psycho Circus" que nos puso a todos - o casi todos - a cantar y con "Love Gun" se desataría la locura general, sobre todo con Stanley cantando desde el centro del estadio, por delante de la mesa de sonido (estimo que los de atrás no habrán visto nada; yo me encontraba muy a gusto en mi lugar favorito - casi - para ver conciertos, que es precisamente a la altura de los ingenieros de audio).
Los 70s volverían a sentirse en el Monumental con "Calling Dr. Love" (1976) y "Black Diamond" (1974), esta última con Singer haciendo las voces de Peter Criss, tras la intro que costó un poco a Paul. La gente había vuelto a conectarse con el show y cuando esperaba más, vino el primer final, a menos de hora y media del inicio.
Ya en el 'encore', se vivió otra fiesta con tres grandes hits kisseros: "Lick It Up", "I Was Made for Lovin' You" (digan lo que digan, la canción más "putita" del cuarteto y si bien la canté y bailé, no la hubiera extrañado) y "Rock and Roll All Nite", aquella infaltable canción que desde 1976 sirve para cerrar los shows de la banda neoyorquina.
Foto cortesía: Hery Park |
Al final, fue un recital que no defraudó en la parte visual y teatral, pero que me dejó con sabor a poco por el armado del listado de temas, la inclusión de muchas canciones nuevas, la ausencia de varios temas que esperaba escuchar y la duración de un show excesivamente corto para un grupo con una veintena de discos.
PD: Después de haber visto el setlist del Meet&Greet esa misma noche, hubiera cambiado todo - menos "Detroit Rock City", "Love Gun" y "Lick it Up" - por canciones como "Hard Luck Woman", "Shandi", "Magic Touch", "Forever" y "Beth" que formaron parte de esa exclusiva velada.
Por:
Pato Peters
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